Durante el 27 y 28 de mayo los candidatos a Rectoría y Rectoría Adjunta de la Universidad Nacional (UNA) finalizaron las giras programadas a sedes regionales con la visita a los campus de Liberia y Nicoya.
Las primeras presentaciones en ambos días fueron para académicos y funcionarios, donde tanto en el campus de Liberia como en el de Nicoya, conocieron de primera mano las propuestas, prioridades y visiones de quienes aspiran a liderar la institución durante el próximo quinquenio.
Durante los encuentros, cada fórmula tuvo la oportunidad de exponer sus ejes del programa de trabajo y responder a las cerca de 30 preguntas que se realizaron en cada recinto en temas como bienestar estudiantil, financiamiento, vinculación con las comunidades, renovación y continuidad de la oferta académica, jornadas y estabilidad laboral para los funcionarios, entre otras.
Aunque prevaleció un ambiente de respeto, el espacio también permitió momentos de cuestionamiento entre las fórmulas participantes. Algunas intervenciones evidenciaron diferencias de enfoque con respecto a los fondos para el desarrollo de infraestructura y el trabajo realizado por los aspirantes en proyectos de investigación y extensión.
Voz estudiantil
Contrario a como sucedió en la última elección de Rectoría y Rectoría Adjunta, en 2020, cuando la totalidad de los estudiantes inscritos podía ejercer su voto, para esta oportunidad solo lo hará una representación de 328 estudiantes, según lo acordó este sector en un enmienda que se hizo al Estatuto Orgánico de la Federación de Estudiantes de la UNA.
Ante este panorama, se organizaron dos conversatorios, uno en cada campus, donde la comunidad estudiantil enumeró retos concretos para quienes aspiran a los máximos cargos universitarios.
En ambos espacios se destacó la necesidad de dotar de un presupuesto justo para el desarrollo del campus, que permita reducir la histórica desigualdad respecto a la sede herediana. Solicitaron, además, una distribución equitativa de recursos para fortalecer la infraestructura, ampliar el personal docente y administrativo, y mejorar los servicios de apoyo estudiantil.
Otras demandas incluyeron el mantenimiento de la infraestructura existente y espacios dignos, el acceso permanente a servicios de salud mental con profesionales del campo, el fortalecimiento del sistema de becas y apoyos económicos con procesos más ágiles y justos, así como una oferta académica más amplia y flexible, que incluya carreras completas, modalidades virtuales y ciclos adaptados a las realidades de quienes trabajan o viven en zonas alejadas.
Un punto central fue la solicitud de una participación estudiantil real en la toma de decisiones, no como requisito formal, sino como pilar de la democracia universitaria. “La voz del estudiantado debe ser genuina, respetada y vinculante”, indicó Sharon Rivera Morales, representante estudiantil, quien cursa la carrera de Comercio y solicita que el estudiantado tenga mayor inclusión a la hora de definir las políticas académicas, administrativas y de bienestar.
Los estudiantes también dirigieron preguntas específicas a las candidaturas, relacionadas con temas como gobernanza institucional, internacionalización y desconcentración de decisiones, entre otras.
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Laura Ortiz Cubero